MENSAJE DEL PAPA SOBRE EL CULTO EUCARÍSTICO

 

La Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad del culto eucarístico. Jesús nos espera en este sacramento de amor. No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo en la adoración, en la contemplación llena de fe y abierta a reparar las graves faltas y delitos del mundo. No cese nunca nuestra adoración.

La adoración a Cristo en este Sacramento de Amor debe encontrar expresión en diversas formas de devoción eucarística: plegarias personales ante el Santísimo, horas de adoración, exposiciones breves, prolongadas, anuales (las cuarenta horas), bendiciones eucarísticas, procesiones eucarísticas, congresos eucarísticos. A este respecto merece una mención particular la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo como acto de culto público tributado a Cristo presente en la Eucaristía, establecida por mi predecesor Urbano IV, en recuerdo de la institución de este gran misterio. Todo ello corresponde a los principios generales y a las normas particulares existentes des- de hace tiempo y formuladas de nuevo du- rante o después del Concilio Vaticano II.

La animación y robustecimiento del culto eucarístico son una prueba de esa auténtica renovación que el Concilio se ha propuesto como finalidad y de la que es el punto central.

Juan Pablo II, Carta Domenicae Cenae del 24 de febrero de 1980 sobre "El misterio y el culto de la Eucaristía".

 

 

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